Es pronto para comprender que pueda miraros y verme a la vez; que escuchéis hoy mi voz, que tanto os cantó los meses que fuisteis yo. También es pronto para comprender que la vida es tan bella como la queráis ver. Si lloráis cantaremos, si sufrís os hablaremos, si morís moriremos también.
Y sigue siendo pronto para comprender que el mundo es injusto y cruel, porque un amanecer sin nada que perder es muy difícil de entender.
Si os cuentan que lloramos cuando os cogimos en nuestros brazos... No nos pudimos contener, porque os queremos tanto. Tanto como el mar a su verano; como el dolor a su amigo el engaño; como el sol cuando vio que hoy ya somos una constelación.
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