La mayoría de los cirujanos crecen siendo raros. Mientras los demás niños jugaban fuera, ellos se refujiaban en sus habitaciones memorizando la tabla periodica, pasando horas con sus microscopios para niños. Diseccionando su primera rana.
Imagínate la sorpresa y el alivio que sintieron cuando crecieron y descubrieron que había otros ahi fuera tan frikis como ellos. Los mismo microscopios, las mismas ranas muertas, la misma necesidad inexplicable de desmontar pieza por pieza a los seres humanos.
Nadie elige ser un rarito. La mayoría de la gente no se da cuenta de que es un friki. Hasta que es demasiado tarde para cambiar. Pero no importa lo rarito que terminemos siendo. Lo mas probable es que haya alguien ahi fuera para ti. A menos, que claro, ya hayan pasado pagina. Porque cuando se trata del amor, incluso los raritos no pueden esperar para siempre.
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