domingo, 22 de noviembre de 2009

Tempus Fugit


Son ya veintiuna las veces en que he visto reverdecerse el mundo. Y te das cuenta que pese a la sombra del fantasma “doña crisis”, no cambia el ritmo natural de las cosas. Detrás de un día viene otro y después otro y otro… El sol vuelve a salir por el mismo sitio y se va por donde viene. Da la sensación de que todo y nada cambia, de que todo y nada es previsible. Y se camina ausente, sumido en las preocupaciones rutinarias. Mientras, ajeno a nuestros ojos, el paisaje se transforma. ¿Acaso también nosotros con él?
Indudablemente formamos parte del juego. Y por vivir vivimos entre escombros si hace falta, pero aun así no paran de salir brotes nuevos del tronco seco.

1 comentarios:

Unknown dijo...

Me quedo con el último párrafo, sobre todo con la idea de que de un tronco seco, de la desilución, el abatimiento, la desesperanza, la decepción o el hastío, pueden salir brotes nuevo, verdes, jóvenes y con ganas de crecer.
Pero cierto es que resulta curioso cómo cuando todo parece pararse, en realidad todo sigue girando. Siempre hay un amanecer esprando =)

Publicar un comentario

 
;