Sonríe, a pesar de que tu corazón esté herido. Sonríe aunque se esté rompiendo en mil pedazos. Cuando mires hacia el cielo, y esté nublado, piensa que lo superarás. Sonríes a pesar de todo el dolor y la tristeza. Sonríe, y tal vez mañana, verás el sol brillar para ti.
Ilumina tu rostro con alegría y esconde todo rastro de tristeza, aunque puede que una lágrima esté siempre muy cerca. Ese es el momento en el que debes seguir intentando sonreír, porque... ¿De qué sirve llorar? y entonces te darás cuenta de que la vida aún merece la pena si tan solo sonríes.
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