Cierra los ojos y déjame decirte todas las razones por las cuales creo que eres único en tu especie, y por las que nunca te voy a hacer llorar. Aunque no te lo creas estas palabras son para ti, para decirte que siempre eres tú el que nos empuja adelante. Así que pase lo que pase, haz lo que tengas que hacer para que esto nunca cambie.
Eres un ángel vestido con una armadura y lo justo en cada batalla que se rinde a nuestro alrededor. Eres mi vida y el puerto seguro en el que puedo atracar por el que el sol se oculta cada atardecer. Y si lo que siento en estos momentos es algo ciego, entonces no quiero ver la luz.
Es tu belleza lo que te traiciona una y otra vez, y tu sonrisa te delata allá donde estés porque estás hecho de fuerza y ternura al mismo tiempo. Y poco a poco me he dado cuenta que te has ido apoderando de mí, que necesito que me salves cada día un poco más. Sé que todo esto es verdad porque has sido capaz de rescatarme de esos días en los que mi mundo era oscuro y triste y te agradezco que hayas sido tú el que me salvase en esos momentos.
Cuando entraste en mi vida supe que finalmente mi búsqueda había concluido y encontré la felicidad y por eso deseo decirte que cada latido de mi corazón será tuyo para siempre. Eres la razón por la que respiro con una ligera mirada tuya, y por la que siento que finalmente es seguro detenerse.
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