Una de las lecciones más duras en esta vida es aprender a establecer prioridades. Desde pequeños nos enseñan a salvar contratiempos a cualquier precio. Si el precio exige tomar medidas drásticas nos enseñan a decidir sin que nos tiemble el pulso. No es una elección fácil de aprender y siempre se reduce a una pregunta ¿Cuál es el riesgo? ¿Qué podemos ganar o perder? Somos jugadores que intentan no apostarlo todo a una carta.
La vida es un juego de alto riesgo. Pero por muy altas que sean las apuestas, tarde o temprano debes dejarte llevar por tu instinto y quizá, solo quizá volverás a donde te correspondía desde el principio.
1 comentarios:
Es un pensamiento muy bello, me ha gustado muchísimo. Gracias por compartirlo.
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