Repaso mis pensamientos sentado en una estación de tren mientras sostengo en mis frías manos el billete hacia mi destino. Un recorrido de una sola noche en el que me acompañan mis recuerdos y mi guitarra, y en el que cada parada está perfectamente planeada para un poeta y una banda de un solo hombre.
Cada día es una corriente sin fín de expresiones e ideas vacías en la que me siento arrastrado; y cada pueblo tiene el mismo aspecto para mi con sus calles y fábricas; y cada rostro que veo de un desconocido me recuerda que me gustaría quedarme para no volver a empezar.
Lo malo puede arrastrarnos hacia abajo y si nos perdemos sé que podemos ser encontrados porque a pesar de todos los sentimientos y sensaciones que invaden mi ser, os tengo que agradecer cada momento vivido, porque ya no me siento solo al ver que habéis logrado hacer de este lugar mi nuevo hogar.
Un lugar en el que mis pensamientos se escapan libres; donde mi música rellena cada espacio que el viento deja atrás, donde sé que alguien especial está esperando silenciosamente por mi.